La Atención Primaria de Salud fue una propuesta, formalizada y estructurada a partir de la primera Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Salud, celebrada en 1978 en Alma-Ata[i]. Dicha formulación, como nuevo paradigma, comprendía la necesidad de reorientar el modelo de atención centrado en la atención individual, evitando la imperante perspectiva centrada en el ámbito hospitalario del momento, aun con el fin de satisfacer las necesidades reales de salud de las personas, las familias y la comunidad.

Los sistemas de salud basados en Atención Primaria adscriben la población a un equipo prestador para su seguimiento, en el que los profesionales tienen un “cupo de pacientes” o un número de pacientes que están a su cargo, y del que son responsables; ya que sin responsabilidad y relación con los pacientes es difícil obtener resultados sanitarios óptimos.

Para conseguir sus fines, la Atención Primaria de Salud se fundamenta en varios principios; la accesibilidad (garantizando que la población alcance un sistema con cercanía y prontitud), la coordinación (los profesionales de Atención Primaria son los referentes clínicos del paciente con independencia de contactos puntuales con el segundo nivel asistencial), la integralidad (debe dar respuesta directa, diferida o derivada a las demandas de los pacientes), la calidad (centrado en la efectividad y seguridad de la actividad realizada) y la longitudinalidad (la continuación en el tiempo de la relación profesional sanitario-paciente, así como de los procesos patológicos a lo largo de su evolución)[ii].

Posiblemente, la característica más distintiva de la Atención Primaria sea la longitudinalidad, relación que se establece a largo plazo entre el médico de familia o enfermera/o y los pacientes de su consulta, que requiere estabilidad personal en el tiempo y en el espacio para garantizar dicha interrelación. Este término tiende a confundirse con el de continuidad asistencial o seguimiento por uno o varios profesionales de un problema de salud específico de un paciente, lo que puede garantizarse con buenos registros (historia clínica o informes) concatenando los eventos de atención de un episodio de enfermedad en el mismo nivel asistencial o entre diferentes niveles.

La longitudinalidad se caracteriza por la relación personal en la atención por el mismo profesional a lo largo de toda la vida y sobre la mayoría de los problemas de salud del paciente, considerando sus valores y preferencias, y por el reconocimiento de la población y de los pacientes de una fuente de cuidados, con la cual se cuenta desde el contacto inicial para el seguimiento de los problemas de salud. De esta manera, facilita el cumplimiento del tratamiento de enfermedades crónicas, se asocia a una mayor identificación de problemas asistenciales (debido a la creación de un lazo de familiaridad con el paciente), se establecen diagnósticos más precisos y tratamientos adecuados debido al mejor conocimiento de ellos, se incrementan las posibilidades de recibir atenciones de salud preventivas así como aumenta la satisfacción de los pacientes (que presentan un menor número de hospitalizaciones y estancias hospitalarias más cortas), factores que en su conjunto son aspectos que condicionan una reducción de alrededor del 25% en los costes de atención en salud.

Podríamos resumir los beneficios de la longitudinalidad en que favorece el nivel de resolución de los profesionales en Atención Primaria, consumiendo menores recursos asistenciales, reduciendo la frecuentación hospitalaria, aumentando la satisfacción del usuario y, a largo plazo, reduciendo el riesgo de muerte de los pacientes[iii].

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[i] Organización Mundial de la Salud, 1978. Informe sobre la Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Salud. Alma-Ata 1978. Atención Primaria de Salud. Alma-Ata, U.R.S.S., 6-12 de septiembre de 1978. Serie Salud para todos núm. 1. I.S.B.N.: 92 4 354135 8.

[ii] Rosas P., Alex M.; Narciso Z., Victor; Cuba F., Maria S.; Primary Health Care Characteristics: A view from Family Medicine Standpoint. Atributos de la Atención Primaria de Salud (A.P.S): Una visión desde la Medicina Familiar. Acta Med Per 30 (1), 2013.

[iii] Palacio L., Jesús; Las ventajas de una relación estable: longitudinalidad, calidad, eficiencia y seguridad del paciente. Actualización en Medicina de Familia 2019;15(8):452-459.