Por la importante relación con este tema, es imprescindible citar a D. Jesús Palacio Lapuente, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, autor del artículo titulado: “Las ventajas de una relación estable: longitudinalidad, calidad, eficiencia y seguridad del paciente”. En el mismo, establece como puntos clave varias de las premisas sobre la longitudinalidad en Atención Primaria ya planteadas en el punto 3.1., con especial interés en que mantener el mismo médico a lo largo del tiempo favorece una relación de confianza más estrecha, basada en la confianza y el cono-cimiento mutuo, siendo uno de los atributos esenciales de la Atención Primaria al ser ventajosa para el paciente, para el profesional, para el sistema sanitario y para la sociedad, además de ser coste-eficiente, aportando eficiencia, calidad y seguridad tanto a la Atención Primaria como al conjunto del sistema sanitario. Cabe reseñar cómo el autor inicia el artículo y al que se hace referencia al inicio del estudio: “Vine ayer a ver cómo había salido el análisis y su sustituto me dijo que estaba mal, vengo a ver qué le parece a usted”.

La longitudinalidad es, de hecho, definitoria de la Atención Primaria, mientras que en una planta hospitalaria los pacientes van cambiando y las enfermedades que se atienden son siempre las mismas, en Atención Primaria son los pacientes los que permanecen y las enfermedades que sufren las que cambian, ya que la atención está centrada en la persona, no en la enfermedad, y es precisamente esta relación la que permite incrementar la calidad en la asistencia.

En este sentido, la dispersión poblacional o la baja demanda asistencial no pueden ser avales para un deterioro en la cobertura asistencial en Atención Continuada y Urgencias en Castilla y León, de forma que debe garantizarse la asistencia sanitaria a todos los residentes en igual situación a cualquier otro ciudadano de España (de acuerdo con el Artículo 43 de la Constitución Española). Esto tampoco justifica que se utilice un sistema de coberturas que se ha demostrado ineficiente por cuanto fuerza horas de complementaria a todos los profesionales y crea profesionales dependientes, dificultando la posibilidad de cobertura e incrementando el gasto público en un 31,9% de media (como consecuencia de la necesidad perpetuada de incrementar las plantillas en Atención Primaria o de la creación de un cuerpo independiente de profesionales de Atención Continuada y Urgencias). Como puede deducirse, de esta forma el personal que entra y sale de listas de demandantes de empleo se multiplica, se alargan innecesariamente las contrataciones de interinidad o sustituciones de larga duración, y se genera una emigración constante de profesionales hacia otros servicios Sanitarios o países que ofrecen mejores condiciones laborales (y con menor necesidad de médicos y enfermeras). Es una tesitura que sólo podía generar nuevas dificultades, como el tiempo ha evidenciado, y para el que existen soluciones en la actualidad.

Otros factores determinantes tienen relación con una asignación o división eficaz del trabajo que propicie mejoras en la atención de los usuarios, incrementando igualmente la calidad, de forma que la experiencia del seguimiento de los profesionales de consulta de Atención Primaria con los pacientes crónicos o pluripatológicos pueda garantizarse con la mayor calidad posible, de la misma forma que el personal de Atención Continuada y Urgencias pueda garantizar una asistencia especializada de excelencia en el abordaje y tratamiento de las urgencias y emergencias.